“A continuación fueron molidas las mazorcas amarillas, las mazorcas blancas, nueve molidas le dio Ixmucane, comida fue la utilizada y junto con el agua de masa se originaron las extremidades, la fuerza humana… sólo fueron mazorcas amarillas, mazorcas blancas su carne; sólo de masa de maíz fueron sus piernas, los brazos humanos: los de nuestros padres primigenios. Fueron cuatro los humanos creados, solo masa de maíz fue utilizada en la creación de sus carnes”
– Popol Vuh
Hopelchén, Campeche a 29 de septiembre 2022
Este 29 de septiembre como cada año en México, la celebración al maíz se hace más notoria desde la institucionalidad, sin embargo, para nosotros los pueblos indígenas, la celebración al maíz es durante todo el ciclo agrícola y durante toda nuestra vida.
Entre la conmemoración del Día Nacional del Maíz y nuestra celebración, lo importante es hablar del maíz, de lo que representa para nuestros pueblos desde nuestras cosmovisiones, pero también desde una preocupación generalizada al ser el maíz la base de nuestra alimentación por las amenazas que enfrenta.
Desde nuestro ser maya sabemos que con el maíz la madre tierra alimenta a sus hijas e hijos, es el Ix’iim (seno de nuestra madre), por lo que le tenemos un gran respeto y cariño a las semillas de maíz y un agradecimiento profundo que se manifiesta cuando hacemos el saka’, ch’a’a chak, jo’olché, uajikool (nuestras ceremonias durante todo el ciclo agrícola).
El maíz se cobija en la milpa, y de ahí nuestra diversidad de semillas y formas de alimentarnos, entre semillas, hortalizas, tubérculos, plantas medicinales, especies, ahí está nuestra esencia culinaria. La milpa para nosotras y nosotros también es el espacio en dónde se vincula el maíz y el pueblo, nos da el contexto cultural y nos hace recuperar la memoria de nuestro pueblo, es un espacio de aprendizaje en dónde se transmiten valores familiares, de grupo y de trabajo, en dónde nos hacemos comunidad.
Desde el año 2010, campesinos y campesinas mayas de la Región de los Chenes (Hopelchén, Campeche) decidimos organizarnos en Ka Kuxtal Much Meyaj A.C. para rescatar y defender a los maíces nativos, porque nos dimos cuenta de que, muchas semillas se habían perdido y otras más estaban en peligro. Nos propusimos rescatar no solo los maíces sino también nuestra identidad, nuestra forma de vida a partir de los que somos como pueblo y el sentido que para nosotras y nosotros tienen las semillas de maíz, nuestras semillas.
Después de 12 años de luchar por nuestras semillas, hoy organizados en la Red de Campesinos y Campesinas Agroecológicos Yuumtsil Kúj, hemos recuperado territorio a la agroindustria, actualmente tenemos identificadas en la región 25 variedades de maíz nativo, 14 de frijol y 7 de calabaza.
Además de organizarnos con nuestras comunidades en la región, desde el año 2018 iniciamos un proceso de conformar una Red peninsular de campesinas y campesinos del sur-sureste de México, hoy llamada Red Mayense de Guardianas y Guardianes de Semillas. Este proceso organizativo tiene sus orígenes a principios del 2002 en la Península de Yucatán, y nace a partir de los estragos del huracán Isidore. Desde entonces los vínculos entre campesinos y campesinas se han fortalecido.
Estos próximos días, además de celebrar a nuestros maíces, realizaremos nuestra asamblea de la Red Mayense con la participación de campesinas y campesinos de Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Iniciaremos el primer día con una ceremonia y la presentación de las semillas por región, también nos daremos tiempo de celebrar, agradecer, disfrutar poesía, documentales y canciones en torno al maíz. Los dos siguientes días los destinaremos a nuestra asamblea y finalmente para el cuarto día haremos un encuentro de plantas medicinales.
¡Hoy y todos los días celebremos nuestras sagradas semillas que nos dan vida!
Porque sembrar nuestras semillas es un acto de resistencia para vivir en armonía y alcanzar la soberanía alimentaria.
¡No hay pueblo sin semillas y no hay semillas sin territorio!